La nueva Ley de Transición Energética y Cambio Climático del Gobierno Vasco marca un hito significativo en el panorama industrial de la región. En Euskadi, la visión a largo plazo del sistema energético se encamina hacia un modelo más sostenible, donde la reducción de emisiones, la garantía de suministros y la competitividad empresarial convergen como ejes fundamentales.
Euskadi tiene un largo recorrido en políticas energéticas y de cambio climático que demuestran su compromiso con el medioambiente y la sostenibilidad. A continuación, os dejamos una breve cronología de las políticas energéticas más significativas que se han desarrollado en el territorio:
- Plan Energético de Euskadi 2030: plan estratégico que establece las directrices y acciones a seguir para avanzar hacia un modelo energético más sostenible, basado en el uso de fuentes renovables y la reducción de la dependencia de los combustibles fósiles.
- Estrategia Vasca de Cambio Climático Klima 2050: define los objetivos y medidas para la mitigación y adaptación al cambio climático en el País Vasco, incluyendo acciones para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y promover la resiliencia ante los impactos climáticos.
- Basque Green Deal: en 2019 Euskadi se sumó al Pacto Verde Europeo, mediante el Basque Green Deal, con el objetivo de lograr un futuro más sostenible.
- Plan de Transición energética y cambio climático 2021-2024: aprobado el 26 de octubre de 2021 por Gobierno Vasco, este plan busca reducir en un 30% la emisión de gases de efecto invernadero respecto a 2005.
- Ley de transición energética y cambio climático: la nueva Ley tiene como objetivo alcanzar la neutralidad climática en Euskadi a más tardar en el año 2050. Dicho objetivo se logrará mediante la descarbonización de la actividad socioproductiva, la transición a una economía circular y la adaptación al cambio climático, buscando la implantación de un modelo de desarrollo que genere empleo digno y reduzca las desigualdades.
Esta legislación representa un paso adelante en el compromiso de Euskadi con políticas energéticas y ambientales, reconociendo el largo recorrido que la región ha transitado en estas áreas. En este contexto, es crucial analizar el impacto que esta nueva ley tendrá en las empresas industriales, delineando las oportunidades y desafíos que enfrentarán en su camino hacia la sostenibilidad y la adaptación a un entorno regulatorio en constante evolución.
Descarbonización de procesos industriales
A continuación, un resumen de lo que consideramos más importante y que las empresas industriales deberían tener en cuenta sobre el artículo que dedica la nueva Ley de transición energética y cambio climático a la ‘Descarbonización de procesos industriales’:
‘Las instalaciones industriales radicadas en el ámbito territorial de la CAPV deberán calcular su huella de carbono y elaborar un plan dirigido a minimizarla para que esta sea cero o negativa‘
- El fomento de la eficiencia energética y circularidad, la electrificación, el hidrógeno verde y el uso de fuentes de energía alternativa que impulsen la descarbonización para transformar el tejido industrial actual.
- La incorporación de la economía circular en sus procesos, orientada a la reducción del consumo energético y la disminución de la utilización de las materias primas y de su huella de carbono.
- El fomento de las certificaciones ambientales, específicamente la huella de carbono para organizaciones, y la huella ambiental para productos y servicios.
- El impulso del sector, a través de los programas de apoyo, para que se favorezca la reducción de emisiones en su actividad.
La nueva Ley indica que la planificación y las medidas que se adopten por las administraciones públicas vascas han de impulsar la reducción progresiva de las emisiones de gases de efecto invernadero. Dentro de los objetivos que enumera la Ley, detallamos los que, en nuestra opinión, son los más destacables:
Por otro lado, es importante destacar que la transformación, reordenación, promoción y creación de nuevos desarrollos industriales deberá incluir la perspectiva de la transición energética y del cambio climático. En concreto, las emisiones de gases de efecto invernadero directas e indirectas que su ejecución pueda generar a lo largo de su vida útil, así como las medidas para reducirlas o compensarlas.
Por último, pero no por ello menos importante, hay que recalcar que las instalaciones industriales radicadas en el ámbito territorial de la CAPV deberán calcular su huella de carbono y elaborar un plan dirigido a minimizarla para que esta sea cero o negativa, si fuera técnica y económicamente viable. Reglamentariamente se establecerán las instalaciones afectadas por dicha obligación, el alcance del cálculo de la huella de carbono, el contenido mínimo del plan, así como el plazo en el que deberá estar redactado y frecuencia de su actualización.