El Reglamento de Taxonomía de la Unión Europea (UE) es una de las piedras angulares de la financiación sostenible. Este reglamento define un marco que clasifica las actividades económicas según su contribución a la sostenibilidad ayudando a inversionistas, empresas y autoridades a tomar decisiones más responsables y transparentes.
Para las empresas y consultorías de sostenibilidad, comprender esta normativa no solo es una cuestión de cumplimiento.
¿Qué es el Reglamento de Taxonomía Verde?
El Reglamento de Taxonomía de la UE —Reglamento (UE) 2020/852— es una normativa europea que establece criterios claros para determinar qué actividades económicas pueden considerarse “sostenibles” desde el punto de vista ambiental. Su objetivo principal es:
- Facilitar la transición hacia una economía baja en carbono o neutralidad climática.
- Evitar el “greenwashing” al proporcionar un marco uniforme y verificable.
- Guiar a inversionistas y empresas en la toma de decisiones financieras responsables.
El reglamento se centra en 6 objetivos ambientales:
- Mitigación del cambio climático.
- Adaptación al cambio climático.
- Usos sostenible y protección de los recursos hídricos y marinos.
- Economía circular.
- Prevención y control de la contaminación.
- Protección y restauración de la biodiversidad y ecosistemas.
Además, para que una actividad económica sea considerada sostenible bajo la taxonomía, debe:
- Realizar una contribución sustancial al menos a uno de los seis objetivos medioambientales de la UE.
- No causar un daño significativo a ninguno de los demás objetivos medioambientales de la UE con los que no está alineado (principio DNSH).
- Cumplir las salvaguardas mínimas establecidas en materia de criterios ESG.
- Cumplir los “criterios técnicos de selección” fijados por el Reglamento de Taxonomía.
Importancia para las empresas
El Reglamento de Taxonomía Verde Europea no solo es un marco regulatorio, sino también una oportunidad estratégica:
Acceso a financiación sostenible
Las empresas que cumplen con los criterios pueden acceder más fácilmente a fondos y créditos verdes.
Reputación y transparencia
Demostrar alineación con la taxonomía mejora la credibilidad ante clientes, inversores y reguladores.
Planificación estratégica
Integrar los criterios de sostenibilidad en la estrategia empresarial facilita la transición hacia operaciones más responsables y eficientes.
Implementación práctica
La implementación del Reglamento de Taxonomía requiere que las empresas:
- Analicen sus actividades económicas y evalúen su contribución a los objetivos ambientales.
- Reporten información detallada sobre su alineación con la taxonomía en sus estados financieros y de sostenibilidad.
- Adopten procesos internos de seguimiento y control para asegurar la continuidad del cumplimiento.
Este proceso suele requerir el apoyo de una consultoría de sostenibilidad, que puede ayudar a recopilar datos, realizar análisis técnicos y garantizar la coherencia del reporte. En Miru CS podemos ayudarte.
