La ley de desperdicio alimentario en España entró en vigor en enero de 2025, y es una de las normativas más relevantes para las empresas del sector agroalimentario, distribución, hostelería y restauración. Su objetivo es reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos a lo largo de toda la cadena de valor, desde el campo hasta el consumidor final.
En este artículo te explicamos en detalle qué implica esta ley, a quién afecta, qué obligaciones establece y cómo pueden las empresas adaptarse para cumplirla y, al mismo tiempo, mejorar su sostenibilidad y reputación.
Qué es la Ley de Desperdicio Alimentario
La ley 1/2025, de 1 de abril, de prevención de las pérdidas y el desperdicio alimentario es una normativa aprobada en España que busca fomentar un uso más eficiente de los recursos alimentarios. Persigue reducir el impacto ambiental, económico y social que generan los alimentos que no llegan a consumirse.
Entre sus objetivos principales se encuentran:
- Prevenir el desperdicio en toda la cadena de suministro.
- Incentivar la donación de alimentos en buen estado.
- Promover la transformación en otros productos (como zumos, piensos o biogás).
- Concienciar a empresas y consumidores sobre el valor de los alimentos.
A qué empresas afecta la Ley de Desperdicio Alimentario
La normativa tiene un alcance amplio. Están obligados a cumplirla:
- Productores primarios (agricultura, ganadería, pesca).
- Industria alimentaria.
- Distribuidores y mayoristas.
- Supermercados y comercios minoristas.
- Hostelería, restauración y catering.
En otras palabras, cualquier empresa que forme parte de la cadena alimentaria debe aplicar medidas para reducir el desperdicio.
Obligaciones principales de la Ley
La ley de desperdicio alimentario establece una serie de obligaciones que las empresas deben cumplir:
- Jerarquía de aprovechamiento: primero la prevención, después la donación y, en última instancia, la valorización.
- Planes de prevención: las empresas deberán elaborar un plan que detalle cómo reducirán las pérdidas y desperdicios.
- Donación de alimentos: cuando un producto no pueda venderse pero esté en condiciones de consumo, deberá priorizarse su donación a entidades sociales.
- Etiquetado y consumo preferente: se promueve la venta de productos cercanos a su fecha de consumo preferente mediante descuentos o campañas informativas.
- Registro y seguimiento: las empresas deben cuantificar y reportar periódicamente sus niveles de desperdicio.
- Sanciones: el incumplimiento puede acarrear multas que van desde importes leves hasta cuantías significativas.
Cómo puede ayudarte una consultoría de sostenibilidad
Cumplir con la ley de desperdicio alimentario no tiene por qué ser complejo. Una consultoría de sostenibilidad especializada puede acompañar a las empresas a:
- Elaborar planes de prevención.
- Diseñar protocolos para la donación y valorización.
- Formar a empleados en buenas prácticas.
- Implementar sistemas de medición y reporte.
- Identificar oportunidades de economía circular.
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